Éste es uno de los últimos proyectos que la bailarina y coreógrafa Alicia Herrero, realizó el pasado mes de Mayo con el apoyo de la Asociación Valenciana de Empresas de Danza, un taller, “Temas de investigación coreográfica 2010”. En él se se trató un trabajo muy concreto: conseguir una improvisación muy “Carpe Diem” en poco más de un metro cuadrado de espacio. Bailar dentro de una caja, ese era el fin del cursillo, con todo lo que ello comporta. Límites espaciales, agobio, calor, tensión, miradas, música, multitud de colores, letras, palabras, sensaciones y sentimientos condensados, pero sobretodo la compañía de la imagen de una niña en blanco y negro: “La princesa y su castillo”.
Alicia Herrero,durante estos cuatro fines de semana en los que
Tanto la música, como la obra de arte y la danza se funden a la perfección siendo la culminación que completa y enriquece, la personal exposición de collages de la artista, llamada “Pasajes de la Memoria”. La exposición trata de una serie de cuadros realizados con diferentes técnicas de estampación y de unos pequeños contenedores de emociones. Uno de los cuales es la caja, que contiene la emoción de la felicidad, una felicidad muy del aquí y ahora de cada persona que participa en la performance. La caja muestra su interior al espectador a través de pequeños agujeros por los que éste ve de forma limitada su contenido. Estos “rasguños” están colocados a distintas alturas y en las diferentes paredes de la caja, creando una nueva y diferente visión al espectador. Limitan el ojo acostumbrado a ver el todo sobre un escenario, dejándole a la vista tan solo una fracción del movimiento. De esta forma se consigue apreciar los movimientos individuales de cada parte del cuerpo, las caderas, la cintura escapular o simplemente la mirada.
En el curso Temas 2010 se bailó, se escribió se habló y se dieron clases de técnica contemporánea. Se rió, se jugó, se improvisó, pero sobretodo se crearon vínculos y lazos de los que nunca podremos desprendernos porque el trabajo que realizamos fue tanto físico como de energías. Temas 2010 fue un cursillo en el que cada uno se vio a si mismo progresar por diferentes caminos mientras nos ayudábamos unos a otros a mostrarnos las bases para que cada uno encontrara su propio movimiento y su propia energía.
Dentro de la caja los bailarines aparecen y desaparecen entre unos niveles y otros, y el espectador llega un momento en el que siente la necesidad de buscarlos. Este es el vinculo que se consigue crear entre ambos, el feedback entre miradas y movimiento acompañado por la imagen de la niña en blanco y negro que permanece quieta en el interior de la caja. “La Princesa y su Castillo” este es el título que María Ángeles Vila da a su felicidad, que está muy vinculada a los sentimientos de su infancia.
Desde dentro de la caja, los bailarines seguimos nuestro instinto utilizando las bases creadas por Alicia Herrero en el taller, pero también vemos las miradas curiosas de los espectadores. Mientras que éstos al asomarse por los pequeños agujeros ven, pierden y sienten al bailarín sobre un color rojizo que les envuelve acompañado de palabras y números. Hasta que llega el fin, donde se abre esa puerta que había dejado de ser puerta y pasado a ser pared.
Se abre el candado que encierra al cuerpo dentro de ese pequeño y vivo espacio donde ha existido los últimos 15 minutos. La puerta se abre, entra el aire fresco y de nuevo ves y sientes ese espacio que es el de siempre pero parece diferente, porque esta visto desde otro punto de vista, desde dentro de la caja.
Nuevas percepciones, nuevas sensaciones, todo es igual pero distinto. Y de repente deja se sonar esa música que se había fundido con tu cuerpo y que había llegado a confundirse con tus sonidos propios internos, con tu pulso, con tu respiración. Sientes que todo se calma, incluido tu movimiento. Todo es ya lo que era antes, pero tras una experiencia así nada vuelve a ser igual, ni para el cuerpo de dentro de la caja, ni para el espectador que lo ha vivido desde fuera.
Entrevista a Alicia Herrero (Septiembre 2010)
¿Cómo conseguisteis fusionar los dos tipos de arte? ¿Cual fue vuestro lazo entre danza y artes plásticas?
María Ángeles Vila y yo llevamos colaborando desde 2008 en proyectos artísticos mutuos, y poco a poco sin darnos cuenta fuimos buscando puentes de unión, intereses comunes y emprender obra conjunta.
Ambas disciplinas artísticas utilizan diferentes herramientas pero quieren expresar un mismo objetivo. Caminos diferentes para un mismo destino.
¿Cómo conseguisteis introducir otra vertiente artística (la música) y otro creador en el proyecto?
Lele Flammini es un antiguo colaborador de Maria Ángeles en Roma. Ella pensó directamente en él, pues ambos congenian e intuyó que era el compositor más apropiado para lo que buscábamos.
¿Fue difícil?
No, muy fácil. A distancia, pero hoy en día con Internet no hay distancias. Dialogamos, trabajamos las tres ideas base de la música y fuimos probando hasta llegar a lo que queríamos por ambas partes. Fue más un trabajo entre danza y música.
Me encanta que unáis todas las artes posibles sobre un escenario ¿Qué os dice la gente? ¿Lo asimilan bien cuando se lo explicáis con palabras, o reaccionan mejor cuando lo ven en directo?
Creo y espero que la gente disfrute de esa unión de artes, y que aprecien el esfuerzo que ponemos en ello. Yo no sé vivir sin gente a mi alrededor, no sé crear sin otras artes…
En el proyecto de “Los Cascanueces” hicisteis un trabajo mucho más complejo: no solo trabajasteis muchas variantes artísticas, sino que implicasteis a muchos niños. ¿Qué supuso para vosotras y para vuestro compañeros?
Nuestros procesos fueron muy diferentes. María Ángeles ofreció un apoyo inicial para el grupo de creativos, y yo coordiné la danza aparte de la dirección general.
Los niños fueron el objetivo del trabajo y el ingrediente más especial. Fue magnífico!
¿Qué te impulsó a dar el paso de enfocar la danza hacia los jóvenes niños, consiguiendo casi que desaparezca la barrera alumno profesor?
Disfruto de la compañía de los niños, de la gente más joven que yo… Ser testigo de sus descubrimientos, de su capacidad de sorpresa, de sus ilusiones y magia… Y me encanta la docencia, el compartir mis descubrimientos, mi capacidad de sorpresa, mis ilusiones, mis inquietudes, mis dudas…
Me interesan las personas, cómo se mueven, sin importar edad, etnia o formación académica en danza, ahí está la riqueza y eso es todo lo que importa.
¿En qué te basaste para realzar el proyecto de “Los Cascanueces”?
El concepto artístico de Los Cascanueces, es la búsqueda de ese niño interior que todos llevamos dentro, el escucharle y vivir con él, el no perder la magia por vivir, por soñar, por jugar, por bailar… es un Peter Pan más que un Cascanueces.
¿Puede ser que hayamos visto la caja antes creada dentro de un escaparate? También estuvo rodeada de danza ¿verdad?
Si, la idea surgió de María Ángeles. En un proyecto en el que fuimos invitadas por nuestro colaborador en común, Xavi Sellés, diseñador e ilustrador.
Nosotros los bailarines actuamos delante de los escaparates de la tienda de ropa Paco García, en Xàtiva, mientras los artistas trabajaban dentro de los escaparates a la vista de todos. Se realizaban actividades en la calle, Fue una muestra de arte urbano. Lo pasamos muy bien y la propuesta fue un acierto, tanto para los artistas que participábamos como para el público.
¿Qué es una performance para ti? ¿Como la definirías así rápidamente?
Una acción. Una representación.
Primero un objetivo y luego los medios para conseguirlo.
Es muy amplio…
¿Qué sientes al entrar en la caja?
Cada vez es diferente.
Hay una técnica de trabajo, pero el contenido depende del día, de mi estado, de la hora, del lugar… Es imprevisible y por eso es fascinante. Como un sobre sorpresa…
Aunque mantengo todo el rigor y disciplina del trabajo, la técnica que hemos creado, si no se convierte en algo muy distinto, algo que entonces no tendría límites ni comprensión… Encontrar la libertad de expresión dentro de unos límites y esquemas trabajados a priori. Eso es lo que interesa.
Parece que convives con la filosofía “Carpe Diem”, ¿te basas en ella para crear tus coreografías? ¿Como llegaste a esa conclusión, a esa teoría, a esa forma de vida?
Bueno, la voy construyendo poco a poco, descubriéndola y dándole una forma. Me doy cuenta de que se convierte en una base de trabajo en casi todo lo que hago, desde el lado más artístico, como el técnico, incluso de esa filosofía de vida que intentamos conseguir a través de la danza y lo que nos puede aportar para luego proyectarlo a nuestro día a día.
¿Como definirías la experiencia de este proyecto de “La Caja” en un par de palabras?
Sólo sé cómo hemos comenzado, no sabemos hacia dónde va ni dónde llegará pero seguimos investigando, ampliando, equivocándonos, disfrutando, descubriendo y sobretodo compartiéndolo con mucha gente, que es nuestro objetivo…
Un vídeo de la experiencia en la Plaça del Tossal de Valencia
http://www.youtube.com/watch?v=CqNv-Ag12xg
Claudia Ripoll
Gracias Claudia por el artículo.
ResponderEliminarFue un regalo que estuvieras en el curso.
Sigue disfrutando!
Besico. Alicia